Buen día que hace hoy!
Iba a poner el típico artículo sobre tecnología ya que estamos en medio del Mobile Worl Congress en Barcelona y casaba con la actualidad. Pero leyendo de aquí y de allá, llegué a esta noticia o información que me ha dejado estupefacto. La naturaleza me asombra cada día más…lo que nos queda por aprender. Ahí va el artículo:
¿Por qué una foto de dos bolsas de leche de una madre se ha hecho viral?
Mallory Smothers es una madre lactante de Arkansas que hace unos días subió a su página de facebook una foto de dos de sus bolsas de leche materna, exactamente la foto de portada de este artículo. Hasta aquí podríamos pensar que se trata de una moda más, similar a la de los llamados #breastfeedingselfie (hacerse un selfie mientras le das el pecho a tu hijo), algo que se inició con motivo de no avergonzarse de algo tan natural y que se ha vuelto todo un movimiento reivindicativo en las redes, pero no, no estamos ante una nueva moda de selfies de leche en bolsa, sino de algo mucho más increíble, algo que tenía mucho que ver con la apreciable diferencia a simple vista en le color de las dos bolsas. Pero, ¿Por qué una foto de dos bolsas de leche de una madre se ha hecho viral?Pues por lo que significa esa diferencia en el color.
Mallory comentaba en su facebook que amamanta a su hija cada dos horas aproximadamente y que no se bombea leche hasta la mañana siguiente, pero esa mañana notó que su hija se había levantado con mucha tos, mucosidad y que estaba muy irritable. Esto en el mundo de los padres se llama «resfriado», algo nada extraño para el tiempo en el que estamos, así que no le dio más importancia.
Lo que la dejó asombrada fue cuando empezó a sacarse leche y vio que era mucho más viscosa de lo habitual y de un color similar al calostro, esa especie de primera leche que toman los recién nacidos, rica en anticuerpos.
Entonces recordó un artículo que había leído hace tiempo en un revista científica en el que se hablaba de un estudio realizado que concluía que la leche materna no era un producto lineal, sino que variaba según las necesidades del lactante. Esto era gracias a que la glándulas en los pezones de la madre eran capaces de analizar la saliva del bebé y cambiar la composición de la leche según la presencia o no de ciertas sustancias. Es más, según dicho estudio, podríamos saber el estado general del bebé analizando la presencia de leucocitos en la leche de la madre.
Así pudo atar cabos, la leche que acababa de sacarse (derecha en la foto) había sido ajustada por su propio organismo para las necesidades de su hija e iba cargada con los anticuerpos necesarios para combatir su resfriado.
No me gusta hablar de super-alimentos, no creo que exista ninguno, pero si parece que la leche materna sea el alimento idóneo para la primera etapa de nuestra vida.
¿Os imagináis un día en el que algún sensor en nuestro organismo nos indique la comida que debamos comer y el sitio más cercano para adquirirla? Pues la naturaleza lo descubrió mucho antes.