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Tenemos entrevista a nuestro querido Jefe Miguel Ángel!!
Y no solo es una clínica de referencia aquí en Almería. Es además referencia nacional. Que ha tratado a innumerables profesionales de la élite deportiva profesional española y alguna extranjera.
Pero lo mejor de todo son todos aquellos pacientes que ha tratado con resultados positivos(casi todos ellos) entre los que el que esto escribe se encuentran.
Y me ha tratado y curado más de tres y cuatro veces de grave lesiones.
No se merecen menos él y todo su equipo!!!!
Vamosssss!!!!
Tabla de Contenidos
Un vanguardista con genes de artesano
- Miguel Ángel Muro, hijo de un ebanista, comenzó haciendo prácticas en la UDA en 2007 y actualmente es un referente en fisioterapia avanzada e invasiva a nivel nacional
- Especialista en EPI, apuesta por la tecnología de última generación en su nueva clínica FisioMuro
Formó parte de la primera promoción de Fisioterapia en la Universidad de Almería (2005-2008), ha realizado másteres en osteopatía y terapia manual (UCAM de Murcia), fisioterapia invasiva (San Pablo CEU de Madrid), neuromodulación funcional percutánea (MacMaster University, Canadá) y anatomía ecográfica aplicada al intervencionismo (Universidad de Valencia), además de ser especialista en la técnica EPI desde junio de 2009. Estos logros académicos, unidos a los más de doce años de trayectoria laboral que acumula, avalan la destacable experiencia en su profesión de Miguel Ángel Muro Lobelles, un joven catalán de 35 años de edad afincado en Almería desde 2003.
Desde niño siempre quiso ser médico, pero se decantó por la fisioterapia en 1º de Bachillerato, tras asistir a unas jornadas en la Escuela Universitaria Gimbernat (Barcelona). «Ahí me hablaron más profundamente de la fisioterapia. Me llamó tanto la atención que luché con todas mis ganas hasta conseguirlo, aunque no fue tarea fácil», recuerda Muro, que con 25 años montó su propia clínica en la calle Azorín tras pasar varias temporadas en la UD Almería.
Deportistas de élite se ponen en sus manos
jugadores como Seidou Keita, Charles, Welligton, Keko, Antúnez, Amrabat, Iago Falqué, Kalu Uche, Juan Carlos Real, Dani Romera, Carlos Marín, Tino Costa, Rubén Alcaraz, Nano, Morcillo, Javi Moyano, Antoñito, Pabo Piatti, Fran Rodríguez, Jonathan Zongo, Azeez, Hugo Álvarez, Galán, Trujillo, Alberto Martín, Antonio Puertas, Fran Vélez, Edgar Méndez, Rafa Paez, Callejón o Hugo López, que viajó desde Omán, se han puesto en sus manos. También lo han hecho José Ortiz o Francisco, o conocidos jugadores de balonmano como Pejanovic, (desde Bielorusia) y Álvaro Ruiz (Granollers y Francia).
«Fue una época muy bonita e ilusionante. Una oportunidad de lujo para un chaval de 22 años que estaba terminando su carrera y tenía la ocasión de aprender y disfrutar de la Primera División y la Tercera a la vez. Es algo que quedará en mi mente para siempre, aunque lo mejor de todo son los amigos que sigo teniendo de esa trayectoria de mi vida», comenta Miguel Ángel sobre su paso por una entidad rojiblanca en la que hizo sus prácticas bajo la tutoría de Enrique Portaz, en la etapa que el primer equipo estaba dirigido por Unai Emery. Tras finalizar su carrera pasó a ser responsable de fisioterapia de las bases de la UDA, viajó con el conjunto juvenil y también trabajó en el filial, tanto en Tercera como en Segunda B, hasta que el 11 de enero de 2010 fundó FisioMuro.
«Siempre he seguido vinculado extraoficialmente, ayudando en todo lo posible, ya que es el club de mi vida al que le estaré eternamente agradecido. He podido tratar a jugadores de diferentes partes del mundo y de diversos equipos de Liga de Fútbol Profesional», admite este joven fisioterapeuta que, una década después de su salida del club unionista para emprender, más de 7.000 pacientes han pasado por su clínica, que ahora tiene nueva ubicación, aunque confiesa que «lo importante no son los que pasen, sino los que han tenido resultados positivos y te recomiendan».
Junto con María, Javi y Dani, los otros fisios de su clínica, en la que también trabajan Susana, Cristina y María José en recepción, Miguel Ángel ha puesto en marcha un nuevo e ilusionante proyecto: FisioMuro Almería 2.0. Acaba de mudarse y abrir las puertas de su nueva clínica en Doctor Barraquer 24. El nuevo local, de 400 metros cuadrados, cuenta con 13 salas de tratamiento y una de rehabilitación, todas ellas con las más estrictas medidas de seguridad sanitarias y equipadas con lo último en tecnología.
«Necesitábamos más espacio para seguir invirtiendo en tecnología. Somos uno de los pocos centros a nivel nacional con especialización en tratamiento en fisioterapia invasiva en lesiones de columna, la técnica EPI y la neuromodulación funcional, el láser de alta potencia y la terapia superinductiva. Además contamos con ecógrafo de última generación (Sonosite PX, el primero que ha llegado a España)«, afirma Miguel Ángel Muro, un fisio que siempre ha apostado por estar a la vanguardia en lo que a técnicas y maquinaria se refiere, aunque curiosamente en su nueva clínica algunos muebles han sido realizados por su padre, un maestro ebanista almeriense del que ha heredado los genes de artesano, del elegante y delicado uso de las manos, su herramienta más importante.
Colaborador del Circuito de Carreras Populares de la Provincia de Almería, donde «es maravilloso ver que la gente cada vez hace más deporte», FisioMuro es considerada la gran referencia almeriense en fisioterapia, aunque es algo que Miguel Ángel no comparte en absoluto: «No creo que sea así. En la provincia tengo compañeros de gran nivel. El único secreto es que cuando un paciente viene en busca de ayuda hay que darle un trato humano, comprensión y sinceridad, y todo esto, acompañado de lo último en tecnología y formación del equipo, suele dar buenos resultados».
Por su camilla pasan desde bebés con cólicos lactantes a adolescentes con escoliosis, deportistas amateur con roturas musculares a jugadores de Primera, ya que «el deporte en nuestro centro representa el 40% de nuestros pacientes«. Muro llegó a viajar a Roma para tratar a futbolistas, pero prefiere hacerlo en su clínica, donde impera el «ser humano, energía positiva, inspiración y ser innovador», que para este joven que en 2007 aprendía desde el banquillo anexo de la UDA, es fundamental para ofrecer un buen tratamiento.
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