Que no solo el ejercicio es causa de la degeneración y desgaste de nuestros cartílagos.
El desgaste natural por el envejecimiento es la causa más común dado que cada día vivimos más y mejor.
Así que ahí van unos consejos para cuidar de ellas!!
Tabla de Contenidos
Artrosis de rodilla: las causas y el tratamiento para recuperarse
Es una degeneración del cartílago que recubre las zonas de unión de los huesos del muslo (fémur) y las piernas (tibia), permitiendo que estos rocen y se desgasten produciéndose molestias considerables que impiden correr.
Causas
- Abusar del entrenamiento y de los kilómetros de carrera sin dar alternativas ni descansos.
- Tener sobrepeso.
- Exceso de varo (rodillas en paréntesis) o de valgo (rodillas en «X»), que hace que no estén compensados los pesos en la rodilla y propicia que una parte del cartílago se desgaste más que otra.
- Utilización de zapatillas con poca amortiguación o de terrenos duros en aquellos corredores con una técnica de carrera claramente talonadora.
- Rotura o falta de los meniscos que estabilizan los pesos en la rodilla.
- Mala alimentación con déficits de ciertos sustratos, vitaminas y minerales que nutren los cartílagos.
- Es una lesión típica de corredores mayores, aunque en la actualidad, por los problemas de sobrepeso, cada vez se ve más en personas jóvenes.
Molestias
Dolores en la parte anterior e interior de la rodilla nada más comenzar a trotar y normalmente cuanto más se corre más molesta. También se percibe el dolor al subir y bajar escaleras.
Complicaciones:
El cartílago se desgasta tanto que los extremos de los huesos se tocan y reaccionan con un crecimiento incontrolado hacia los lados, lo que provoca un aumento de líquido sinovial y derrames que producen un hinchazón de la rodilla. Además, el proceso de deterioro se ve favorecido por microcristales sueltos que se forman a partir de trozos rotos del cartílago dañado.
Tratamiento:
Suplementación específica. Aporte localizado de factores de crecimiento extraídos del propio plasma sanguíneo para estimular la regeneración del cartílago dañado. Ejercicios de compensación de la musculatura de la rodilla.
Tiempo normal de curación:
Entre 3 semanas y 9 meses.
No te olvides de ciertas claves imprescindibles para cuidar tus rodillas y evitar «alimentar» el desgaste articular: cuida tu alimentación, controla tu peso, presta atención y entrena la técnica, estira y cuida muy bien la elección del material para evitar los molestos problemas articulares.
Remedio casero:
Para dar un sustrato adecuado a nuestro cuerpo para propiciar la regeneración del cartílago dañado, sería bueno que una o dos veces a la semana tomes un plato de manitas de cerdo, que no es más que la pata del cerdo muy cocida, y en la que comes todas sus parte cartilaginosas, y además bien cocinada están para chuparse los dedos y apenas nos aportan grasa sino mucha gelatina, colágeno y otros sustratos muy interesantes para regenerar nuestras estructuras corporales dañadas durante la carrera.
Lo mejor es dejar que el cartílago se vuelva a regenerar sustituyendo la carrera por otras actividades complementarias de bajo impacto como ir a nadar, montar en bicicleta o hacer marcha atlética. Pero si quieres una actividad diferente en la que los cartílagos no sufran nada y se asemeje a correr, prueba con el aquarunning que consistirá en correr por el agua (entre la cintura y los hombros), o en ingravidez total en zonas profundas con la ayuda de un cinturón de flotación.
Ejercicio recomendado:
Túmbate en el suelo y haz un movimiento de bicicleta amplio que te obligue a extender y estirar la rodilla, con vistas a lubricar e irrigar esta articulación sin que el cartílago se vea dañado.
Todos los días, durante un minuto hacia delante, 50 segundos hacia atrás y de nuevo 40 segundos hacia delante, siempre antes de levantarte de la cama y también al acostarte, aunque se puede repetir más veces a lo largo del día si hay oportunidad.
Estiramiento recomendado:
Si no hay problemas de inflamación en la rodilla, permanece en cuclillas.
30-50 segundos varias veces al día.
Y para los que quieran seguir profundizando en las causas y los posibles tratamientos para volver a la normalidad tras una fascitis plantar, periostitis tibial, tendinitis rotuliana o de la fascia lata… ¡Podéis ampliar toda la información y despejar miedos en la sección de lesiones! Conocer al «enemigo» es el primer paso para recuperar y prevenir.