Buenos días!
Hoy compartimos con vosotros una emotiva y emocionante historia. A veces el ser humano no me parece tan malo.
Ahí va:
Uno de los momentos más increíbles que vive toda madre y todo padre es aquel en que podemos oír el corazón de nuestro bebé en la primera ecografía. Rápido, muy rápido, el corazón late fuerte como demostrando lo lleno de vida que está.
Y sin embargo, las cosas acaban a veces antes de tiempo, de manera triste y abrupta, cuando menos lo esperas. Esto es lo que le pasó a Heather Clark, cuando perdió a su bebé de siete meses de vida y dejó de escuchar su corazón. Ahora, gracias a un trasplante, esta mamá ha podido volver a escuchar ese corazón latir, pero en el pecho de una niña de 4 años, en uno de los momentos más emotivos que he visto nunca.
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La historia de Lukas y Heather
Lukas era el bebé de Heather y falleció en el año 2013 con tan solo siete meses de edad. Ella era una madre soltera y el bebé estaba al cuidado de una canguro cuando esta tuvo que realizar una llamada a los servicios de emergencias porque el bebé tenía diversas lesiones (no se sabe más porque el caso está todavía en los tribunales).
Tres días después, a pesar de los cuidados que recibió en el hospital, el bebé fallecía. Fueron momentos terribles para ella, pero en medio de su terrible angustia decidió donar sus órganos. Gracias a este acto tres personas recibieron una nueva oportunidad en sus vidas, y una de ellas fue Jordan Drake, una niña de 18 meses de edad con una enfermedad cardíaca grave.
Conociendo a Jordan
Dos años después del trasplante, en concreto la semana pasada, Heather tuvo la oportunidad de conocer a Jordan, la niña que tiene el corazón de su hijo, quien llegó con varios regalos para ella, entre ellos un peluche con una grabación del sonido de su corazón para cuando quisiera escucharlo y un fonendoscopio (o estetoscopio).
Unos días atrás comentó en su página de Facebook lo nerviosa que estaba esperando ese momento:
Dentro de una semana estaré escuchando otra vez los latidos del corazón de Lukas. Cogeré en mis brazos a Jordan y ¡la llenaré de besos y amor!
Y añadió el lugar donde sucedería por si alguna de las personas que le han dado apoyo en los últimos años, conocidos y extraños, quisieran unirse al momento.
Creo que no hay mucho más que decir. Tanto Heather como Esther Gonzales, la madre de Jordan, se fundieron en un abrazo y compartieron lágrimas y emoción. Ella, Esther, ya había avisado de que no diría nada. Era un momento tan feliz por su hija y angustioso por ponerse en la piel de Heather, que decidió que simplemente la abrazaría.
A ellas tres se sumaron las cámaras (lo comento por si, como yo, al ver el vídeo habéis pensado que de dónde sale tanta cámara), enviadas por la asociaciónDonate Life Arizona que quisieron documentar el momento para compartirlo y mostrar lo importante que es la donación para personas como Jordan.
Y no puede decirse que sea un momento de plena felicidad para Heather, en realidad, teniendo en cuenta que perdió a su bebé, pero no deja de ser emocionante saber que esa niña podrá vivir saludable gracias a que ella, en ese momento, decidió donar los órganos de Lukas. Quién sabe si no volverán a verse las tres en adelante y entre Jordan y Heather surja una amistad especial y un vínculo duradero. ¿No creéis?