Ahora que estamos rodeados de nuevos brotes, que las grandes ciudades están al borde del colapso y que tenemos a los niños en el cole, lo mejor que podemos hacer es tener mucha precaución, id con cuidao y nada de estar en espacios cerrados.
Aire libre y ventilación en las casas y lugares de trabajo es lo que hace falta.
Buen findeeee!!
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Aire limpio contra el COVID-19
Coincidiendo con el comienzo del otoño y la vuelta a muchas actividades laborales y académicas, en las que se comparten espacios cerrados con otras personas, la Organización Mundial de la Salud vuelve a incidir en la importancia de evitar los “aerosoles” realizando una ventilación correcta de estos espacios.
Tan obvio como eficaz
Durante un encuentro con los internautas por las redes sociales, la directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, la española María Neira, recordó que la Organización Mundial de la Salud sigue recomendando la ventilación natural como el método más efectivo para renovar el aire en los recintos cerrados.
No existe una pauta fija, debido a la diferencia que pudiera existir entre las dimensiones y volumen de diferentes estancias, por lo que la mejor medida a adoptar es la de renovar el aire tantas veces como sea posible.
Natural y sencillo
El simple gesto de abrir ventanas y puertas, para crear una corriente que elimine las posibles masas de aire con partículas del SARS CoV-2, es suficiente para evitar la mayoría de los contagios que se están produciendo en espacios cerrados.
¿Cada cuanto tiempo? Lo ideal sería que pudiéramos tener un flujo permanente de aire del exterior, dejando parcialmente abiertas puertas y ventanas, pero en caso de que no sea posible, habría que vaciar la sala cada 45 minutos y ventilarla durante un mínimo de 10.
Como “comodín”, para acelerar la renovación del aire en caso de no poder realizar una apertura al exterior completa, la OMS recomienda utilizar ventilación mecánica (clásicos ventiladores de aspas) que, además de destruir los aerosoles mediante el flujo que generan, permiten el movimiento de un mayor volumen de aire dentro de una sala. Pero, ojo: siempre debe estar combinado con la apertura de alguna ventana que permita la entrada de aire del exterior.
También María Neira se ha referido al peligro de la utilización de aparatos de aire acondicionado tradicionales (recirculación) que no dispongan de renovación de aire del exterior, ya que lo único que se conseguiría con ellos sería acelerar el movimiento de los aerosoles, sin eliminar del ambiente las partículas de virus contaminantes.