Con el mundo actual en el que estamos siempre conectados al trabajo por suerte o desgracia, hay que estar atentos a que no nos consuman tiempos de vacaciones: por el bien de nuestra salud mental.
Así que ponte con nuestro artículo y empieza a tomar nota para poder tener unas vacaciones como dios manda.
Vamosss!!!
Tabla de Contenidos
Vacaciones, relax y desconexión: qué hacer (y qué no hacer) para volver con las pilas cargadas
Las vacaciones son, y deberían ser siempre, un momento para intentar desconectar de nuestra vida laboral y disfrutar. Especialmente en un año como este en el que la carga mental ha sido tan alta, incluso en aquellas personas que han pasado por un ERTE, el descanso y la desconexión de la situación laboral es de vital importancia.
Y es que tomarnos un descanso de verdad y aprovechar para desconectar influirá en nuestro posterior rendimiento, mejorándolo. Cuando no nos tomamos algún tiempo de vacaciones o de tiempo libre estamos afectando directamente a nuestra productividad. Darnos el tiempo de desconectar ayudará, según algunas investigaciones, a diversificar nuestra atención, ayudando a que seamos capaces de analizar más información, aumentar la imaginación y los recursos y, a fin de cuentas, a mejorar lo productivos que seamos.
Sin embargo, hoy en día podemos llevar el trabajo con nosotros de vacaciones en nuestro móvil o portátil. Si queremos conseguir una desconexión real hay algunas cosas que debemos tener en cuenta.
Dejar de pensar en el trabajo
Algunas investigaciones indican que el límite de horas semanales en las que somos realmente productivos son las 54 horas. Sin embargo, estas horas no se refieren solo al tiempo que pasamos físicamente en el trabajo, si no también a las horas que hacemos de más, al tiempo dedicamos a pensar en él trabajo o a seguir trabajando en casa.
Lo mismo ocurre en vacaciones. De poco sirve que te vayas a la playa si vas a estar todo el rato pensando en lo que tienes que hacer cuando vuelvas al trabajo, en las cosas que te quedaron pendientes, en qué estará pasando allí, si las cosas van bien o mal, o, incluso, si te dedicas a hacer llamadas al trabajo, ir avanzando cosas en el móvil, etc. Esto también contará como horas dedicadas al trabajo, no te dejarán descansar y desconectar e influirá directamente en tu productividad.
Las cosas del trabajo se quedan en el trabajo
Si tenemos un móvil de empresa, un portátil con el que solemos trabajar, documentos, libretas, la agenda, etc. Lo que sea que utilicemos para trabajar, esto tendría que quedarse en el trabajo, que es el ámbito al que pertenece. Da igual que vayas a pasar las vacaciones en tu ciudad, en tu casa o que te vayas a otro país, lo que es del trabajo se queda en el trabajo.
Desconectar la recepción de emails
Por suerte, hoy en día, nuestros servidores de correos electrónicos nos ofrecen la posibilidad de programar un mensaje para informar a quienes nos escriban de que estamos de vacaciones. De esta manera tendremos la tranquilidad de que ellos saben por qué no respondemos y nosotros no los recibiremos hasta que no estemos en casa y desactivemos la opción. Una manera de empezar con la desconexión.
Atender solo llamadas imprescindibles
Lo ideal es que, si tenemos un teléfono de trabajo y otro personal, nos llevemos únicamente el personal. Sin embargo, para muchos de nosotros el teléfono personal también es el de trabajo. Por ello, informar a las personas que puedan llamarnos al móvil de que vamos a estar de vacaciones y no estaremos pendiente de él ayudará a que solo nos llamen cuando hay algo extraordinario a lo que tengamos que atender.
Además, es interesante que quitemos de nuestro teléfono cualquier aplicación que esté relacionada con nuestro trabajo. La tentación de mirar o de leer notificaciones, etc., puede ser demasiado alta.
Ante situaciones de fuerza mayor, designa un tiempo limitado al día
En ocasiones, por nuestro tipo de trabajo, por mucho que nos vayamos de vacaciones seguimos necesitando estar pendientes o dedica algo del tiempo al trabajo. En estos casos, lo ideal sería que asignáramos una o dos horas concretas al día para trabajar y hacer lo que tengamos que hacer y después dejaremos el móvil o lo que utilicemos para trabajar y desconectaremos.
Realiza actividades que ayuden a la relajación
La realidad es que, por mucho que sigamos los pasos anteriores, probablemente nos cueste mucho desconectar los primeros días. Tendremos tentaciones de informarnos sobre cómo van las cosas en el trabajo y nos generará algo de ansiedad el hecho de no saber qué está pasando.
Además, tendremos cierto cansancio y estrés acumulado del año laboral. Realizar actividades que nos ayuden a relajarnos como realizar deporte u otras actividades físicas que nos ayuden a controlar los niveles de cortisol. Aprender técnicas de relajación también puede ser buena idea.
Disfruta de tus vacaciones
Pero uno de los consejos más importantes es intentar disfrutar de las vacaciones. Intentar estar en el momento presente, centrándonos en lo que está ocurriendo puede ser de gran ayuda. Para ello podemos seguir ciertos pasos como centrarnos en reconocer qué sentimos, qué olemos, qué vemos, etc.
Dejar el teléfono en el hotel y centrarnos en la actividad que estamos haciendo, en las personas con las que estamos, en la conversación que estamos teniendo, puede ser de gran ayuda.