Como estamos en temporada de carreras, trailrun y la exigencia es máxima mejor avisar de estas lesiones para que está atento a cualquier síntoma.
Sobre todo si eres principiante y no has tenido lesiones de este tipo o dolores similares y andas un poco desorientado!!
Vamosss!! Que no nos pare nada!!!
La rodilla del corredor: Condropatía rotuliana
En el problema de las tendinitis de rodilla, una de las principales causas es el llamado «síndrome de mala alineación» de las estructuras articulares que se produce cuando hay exceso de fuerzas laterales cuyos vectores llevan a semiluxación de la rótula y el consecuente desgaste precoz del cartílago.
EL CONSEJO
Nos encontramos ante una de las lesiones más comunes, y temidas, entre los corredores populares. Es tan famosa como las molestias que ocasiona a quien la padece, y no querrás volver a cruzarte en el camino con ella, así que tomar las medidas oportunas para paliar sus síntomas, y no volver a experimentarlo en el futuro, será clave. Puede que ya la hayas padecido, y seas un PRO en cuando a su tratamiento se refiere, pero tampoco viene mal recordarlo. En primer lugar, el tratamiento de reposo es fundamental, así como la aplicación de antiinflamatorios, que puedes aplicar de forma localizada con un gel o spray. En caso de que los dolores persistan, y no vayan en descenso, hacerle una visita a tu fisioterapeuta de confianza te será de gran ayuda de cara a tu recuperación. Y, si el dolor alcanza unos niveles muy elevados, no lo dejes más y acude a tu médico especialista para que te realicen las pruebas oportunas. El reposo parcial o descanso activo te ayudará a recuperarte de la lesión, y a calmar tus ansias de moverte. Puedes probar con la bicicleta estática, o la piscina. Cuando se acerque el momento de tu regreso a la carrera a pie, deberás calentar muy bien antes de comenzar y realizar estiramientos muy medidos en la zona de tus cuádriceps, tríceps sural e isquiotibiales. También puedes utilizar antes de salir a correr utilizar parches de calor para calentar la zona. Asimismo, y lo repetiremos hasta la saciedad, pero estamos seguros de que terminará quedando grabada la lección en todas vuestras mentes, recuerda que «una terapia de frío obra milagros». Después de cada entrenamiento, cuando detectes cualquier tipo de molestia o dolor, a modo de prevención, cualquier momento es bueno para aplicar frío en tu rodilla. Puedes aplicarlo en series de 10 minutos y cinco de descanso, repitiendo el proceso tres veces.
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La rótula, el hueso central de la rodilla, trabaja bien cuando se posiciona correctamente centrada, circulando entre fémur y tibia en el desarrollo de la zancada. Si no está bien alineada, se desvía a un lado u otro causando irritación articular que puede, incluso, desgastar el cartílago llevando a la condropatía rotuliana. El principal síntoma es el dolor anterior de la rodilla, que es una de las quejas más frecuentes de los atletas que practican deportes de resistencia. El mal alineamiento puede estar causado por:
Zapatillas gastadas.
Terreno inclinado.
Pronación anormalmente aumentada.
Desvíos o acortamientos estructurales en extremidades inferiores.
Igualmente los bloqueos pélvicos y el «síndrome de isquiotibiales cortos» pueden dar lugar a una mala mecánica de carrera con desalineación de la rodilla.
Rótula y espina tibial anterior
Si el tobillo permanece pronado durante la fase de media postura del movimiento de andar o correr, la pronación excesiva impide a la tibia (pierna) que desarrolle su normal rotación. Ello repercute sobre la rodilla y el fémur (muslo), pues este último gira internamente sobre la tibia para proporcionar la adecuada rotación necesaria para la extensión en la zancada. Puesto que el pie está fijo sobre el suelo durante la fase de media postura, obtenemos una acomodación de la articulación de la rodilla en la que resulta «comprimida».
En el problema de las tendinitis de rodilla, así como de otras dolencias importantes de rodilla, una de las principales causas es el llamado «síndrome de mala alineación» de las estructuras articulares que se produce cuando hay exceso de fuerzas laterales cuyos vectores llevan a semiluxación de la rótula y el consecuente desgaste precoz de su barniz de roce, el cartílago. La rodilla del corredor en su borde lateral, durante escasos segundos. Unos pocos grados de pronación extra que causen esta pequeña compensación en la rodilla no van a originar síntomas, pues la compresión patelofemoral (de rótula sobre fémur) es pequeña. Pero las desviaciones estructurales grandes acabarán dando irritación del cartílago y ligamentos, y finalmente dolor anterior de la rodilla.
El clásico tratamiento de reposo y antiinflamatorios resulta insuficiente para erradicar este dolor anterior de rodilla. La solución pasa por modificar esa «desalineación». Aunque, en un principio, pueden ser útiles las rodilleras de rótula libre (el hueco central sirve para evitar la compresión y aumento del roce rotuliano), si las utilizamos en exceso, la disminución del tono muscular cuadricipital no tardará en aparecer.
EL DOLOR ROTULIANO
Situación frecuente y controvertida, por tanto, es la denominada rodilla del corredor o síndrome rotuliano, caracterizada por dolor delantero, o al menos localizado en la rótula, pues a veces se encuentra en la cara posterior de ésta.
También se acompaña de inestabilidad y falsos bloqueos. Se observa en el corredor joven sin diferencia de sexo, y es claramente característica del corredor de fondo y de los marchadores.
Las circunstancias de aparición del dolor y sus características son similares a las hasta ahora descritas, presentando además una serie de signos específicos como son: dolor a la palpación de la carilla rotuliana y alerón rotuliano externo tenso y doloroso, probablemente debido a hiperpresión de la rótula. Hay autores que afirman que el dolor se da más en la rodilla izquierda en los diestros y la contraria en los zurdos. De lo mucho que se ha escrito respecto al origen de este dolor he de destacar dos teorías; una más antigua que indica se trata de una condromalacia rotuliana (una alteración cartilaginosa), se ha venido manteniendo como explicación, pero se ha convertido en un verdadero «cajón de sastre» donde se ha mezclado de manera poco clara a muy diversos dolores de rodilla.
Parece que se debería a problemas de artrosis por precoz desgaste. Otros autores piensan que no hay distinción neta entre la afectación del cartílago rotuliano y la artrosis, y que más bien son consecutivas, pues si no se corrige a tiempo el defecto, sobre todo biomecánico, es segura la evolución hacia artrosis.
PACIENTE TÍPICO
Nuestro paciente suele tener una edad que oscila entre 35 y 50 años, corredor de maratón o ciclista de nivel medio o medio-alto, que llega a nuestra consulta por un dolor mecánico pero que aparece «en frío». Suele iniciarse en el borde rotuliano externo, y a veces con afectación de la zona posterior de la rodilla. Este cuadro se acentúa al aumentar el tiempo de entrenamiento o la rapidez de las series o las cuestas. El dolor se agudiza en cuclillas, al bajar escaleras y al levantarse de la posición de sentado. Puede mostrar, también, rigidez y crepitación dolorosa o no. En la exploración destaca una marcada hipotensión del vasto medial, con discreto derrame, signo del cepillo o compresión rotuliana positiva, signo de aprensión positivo a 30 grados y signo de ascensión contrariada de rótula muy positivo.
LA RECUPERACIÓN
El tratamiento inicial de elección debe ser el no quirúrgico. Por tanto, comenzará siempre por reposo parcial o descanso activo, cambiando durante un tiempo a otros deportes (bicicleta con fáciles desarrollos, natación aunque nunca estilo braza, pesas en ángulos fáciles y de poco peso u otros aparatos de fitness como las «elípticas». Si decidimos seguir corriendo, optaremos por hacerlo menos días y con menos intensidad vigilando el estilo y el terreno. Nada de superficies duras, ni subidas bruscas o bajadas. Se debe calentar bien y estirar de forma especial el cuadriceps, el tríceps sural (pierna posterior) e isquiotibiales (muslo posterior), antes y después de empezar el entrenamiento. Los parches de calor también te pueden ayudar.
La rehabilitación propiamente dicha debe abarcar todos estos músculos, así como los de la cadera. Es interesante la electroestimulación selectiva del vasto interno del cuadriceps (sus fibras oblicuas, sobre todo) seguidas de contracciones isométricas del cuadriceps en extensión (más efectivas si se hacen al paso de la corriente y con la sabia instrucción de un terapeuta bien preparado). Los protectores del cartílago tienen la ventaja de poder ser tomados durante varios meses sin efectos secundarios. También puedes aplicar un gel o spray antiinflamatorio.
El frecuente uso de rodilleras (deberán ser de rótula libre, es decir abiertas) puede conducir a debilidad muscular y a «dependencia » si se ponen a todas horas y para todas las actividades. De ahí que se aconseje mejor la cintilla rotuliana, pues no disminuye la fuerza del cuadriceps. Se debe poner en la parte superior de la rótula cuando notemos molestias en el tendón bajo (tendinitis rotuliana) y en la inferior cuando notemos molestias en el alto (tendinitis cuadricipital). Pero, en cualquier caso se debe optar por la elección de una zapatilla adecuada a cada persona. Desde Runner’s hemos elaborado la Guía de Zapatillas para esta primavera.
Cintilla rotuliana supra-patelar y sub-patelar