Como no puede ser de otra manera, desde fisioterapia online publican un artículo sobre las Hernias de Disco. Es esperanzador saber que nos son tan graves como nos parece a los mortales que no sabemos de esto.
No hace falta explicar qué es el dolor de espalda: 7 de cada 10 pacientes que vienen a la consulta de fisioterapia acuden por esta razón. En el mundo laboral también es uno de los motivos de baja mas comunes. Dentro de este saco, aun así, existen varios tipos de dolor de espalda, con síntomas muy diferentes y, por tanto,necesitarán tratamientos muy diferentes. Pero la mayoría de pacientes que sufren dolor de espalda tienen una única preocupación: ¿la causa de su dolor será una hernia?
Hoy, vamos a intentar quitar hierro al asunto de las hernias. Muchos piensan que no hay nada peor en el mundo que una hernia discal (en este sentido, ocurre una satanización similar a la de los corticoides y el colesterol). Pero esto no es así, cualquier personal sanitario te podrá decir enfermedades mucho peores que la hernia discal y, al mismo tiempo, la gente no sabe que existen hernias de disco que jamás son diagnosticadas.
La columna vertebral está formada por 26 vértebras. Podríamos decir que la zona anterior de las vertebras tiene la forma de varios trozos de tronco cortados, y apilados unos encima de otros. En la zona de atrás de las vértebras, en cambio, encontramos un arco formado por finos apéndices de hueso, que al unirlas forman una especie de túnel, para proteger la médula que pasa a través de la columna.
Estas vertebras están unidas por muchos tipos de fibra. En la parte de atrás, sobre todo hay ligamentos flexibles, para dejar libre al movimiento y dejar espacio a los nervios que salen. La función de la parte de delante, en cambio, es la de aguantar grandes pesos, en estática (por ejemplo, en la halterofilia) y en dinámica (Rugby). Por eso, la estructura de estos ligamentos delanteros es más compleja, ya que minimizan las diferentes presiones.
Los discos que se encuentran entre las vértebras están cubiertos por una fuerte fibra con un blando núcleo; en cierto modo, podríamos compararlos con las ruedas de un automóvil. Con la edad y los esfuerzos, esta cubierta puede ir estropeándose y las sustancias blandas que contienen dentro, pueden salirse hacia fuera. Al ocurrir esto, nuestros discos no explotarán, como pasaría con las ruedas: la sustancia blanda llegará hasta la cobertura de fuera y se verá fuera del disco, como si fuera un quiste redondo. Esto es la hernia de disco.
Pero recordemos que no todas las hernias de disco son dolorosas. De hecho, el disco tiene una circunferencia de 360º y, la hernia se puede formar en cualquier punto. Si la hernia comprime una estructura importante que se sitúe alrededor del disco (nervios, ligamentos, médula), aparecerán síntomas dolorosos, pero si aparece en una zona “vacía”, lo más probable será que el paciente no note nada.
El tratamiento de las hernias sintomáticas, por parte de la fisioterapia, irá dirigido a liberar la estructura comprimida: técnicas dirigidas a bajar la inflamación, equilibrar la lesión (que no salga más sustancia blanda) y, en casos muy concretos, maniobras dirigidas a la “reabsorción” de la hernia. Como entenderás, es un tratamiento de gran precisión y es imprescindible hacer un diagnostico concreto (situación de la hernia, dirección y grado). Una vez equilibrado el cuadro, deberemos utilizar ejercicios terapéuticos para fortalecer la musculatura y para proteger la zona de la lesión. Además, ya que analizaremos el origen de la hernia en este proceso, daremos algunos consejos para evitar la formación de nuevas hernias. ¡Haz caso! A no ser que te guste jugar a la ruleta rusa.