Estaría realmente bien no desaprovechar la ventana de oportunidades que nos podemos hacer como sociedad tras esta crisis mundial que nos ha golpeado.
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Las 5 oportunidades tras el coronavirus
En esta época de todo tipo de limitaciones sociales, desde esta página hemos elaborado diferentes artículos e informes llamados a fomentar la reflexión hacia algo más que la simple actividad física o la dietética porque, según ha rezado siempre nuestro lema «la vida es el mejor deporte» y ahora podemos tratar con mayor profundidad muchos asuntos relacionados con la manera de vivir Sport Life.
Cualquier teoría que puedas leer o escuchar sobre lo que sucederá tras el levantamiento del Estado de Alarma y, como consecuencia el confinamiento, no tiene ninguna base sobre la que fundamentarse. Es la primera vez en la historia moderna de la humanidad que nos hemos visto sometidos a esta situación y lo que pueda suceder después es una gran incógnita aunque, hilvanando algunos de los aspectos humanos y sociales más relevantes durante esta fase de encierro, podríamos hacer un pequeño listado de los puntos que podrían cambiar de manera inminente. De no ser así la lección que podríamos estar recibiendo por parte de la naturaleza y de nuestra propia sociedad frívola hubiera servido para muy poco.
1 El cuidado del cuerpo y la mente
A estas alturas del siglo XXI no pensamos que nadie estuviera al margen de la necesidad de dedicarle más horas al cuidado de nuestro cuerpo. La corriente de personas que, durante la última década, se han iniciado en la práctica de algún deporte ha sido ascendente y los que no lo han hecho, por diferentes motivos, siempre han sido conscientes de la idoneidad de dedicarle un cuidado extra a la “máquina” que nos deberá acompañar durante el resto de nuestra existencia.
Todos hemos visto a conocidos y amigos que en estos últimos años se han iniciado en el running, ciclismo, natación… o, simplemente, se han apuntado a un gimnasio. Hacer deporte es divertido: hay una corriente cada vez más generalizada que no utiliza el esfuerzo físico para llevar nuestra condición física hasta el límite, disfrutando de una sesión de carrera a pie, un paseo en bicicleta o una clase de fitness coreografiada junto con otro buen número de aficionados. De golpe nos vemos impedidos para poder practicar nuestro deporte favorito y, el que más o el que menos, se ha buscado soluciones de fortuna para poder seguir entrenando en casa y que el final del confinamiento cause los mínimos efectos secundarios posibles.
Desde Sportlife.es te estamos acompañando, día a día, para que no te falte un plan de entrenamiento específico, adecuado a cualquier nivel de preparación física y, con gran alegría, estamos comprobando cómo hay mucha gente que, aprovechando el exceso de tiempo libre que provoca el confinamiento, hacen deporte por primera vez. Seguramente sin el equipamiento adecuado, y sin un monitor que les corrija los posibles errores, pero el deporte es tan beneficioso que, hasta desarrollándolo en las peores condiciones es divertido. Estas personas pueden convertirse en deportistas al finalizar este encierro y habrán sacado muy buen provecho de lo que, a priori, parecía estar lleno de inconvenientes. Seguir una disciplina diaria, marcarte unas metas, establecer unos límites, disfrutar de los resultados… la mente trabaja siempre unida al cuerpo: vencer retos muchas veces beneficia más a nuestro estado anímico que a los músculos. Trabajando el cuerpo, trabajamos también la mente. Y si lo que te preocupa más es trabajar la cabeza ¿Has pensado en apuntarte al yoga?
2 La contaminación ambiental
Durante estos días pasados ya os hemos ido informando de la reducción que ha habido en la contaminación ambiental, sobre todo en lo que se refiere a gases de efecto invernadero y partículas diésel, que son los que emiten fundamentalmente los medios de transporte. Al haberse eliminado infinidad de desplazamientos laborales, industriales y de ocio la contaminación en las grandes ciudades europeas y mundiales se ha reducido hasta en un 60%, con los beneficios que eso nos puede reportar al regresar a la actividad en nuestras calles.
Pero, de no actuar en consecuencia, en breve podremos ver ascender otra vez esos valores hasta límites preocupantes, y no debemos olvidar que más de 3 millones de personas en el mundo fallecen cada año como consecuencia de la contaminación ambiental. Hay que concienciarse de que los elevados niveles de contaminación en las principales ciudades, además de ser los responsables de muchas patologías respiratorias sufridas por la población, están relacionadas con una mayor incidencia de los daños causados por el COVID-19 en muchos individuos.
3 Concienciación social
Al regresar a la normalidad es necesario que exista un cambio de actitud en lo referente al uso de la energía para mantener la temperatura de nuestros hogares y para utilizar los medios de transporte; analizar de verdad qué desplazamientos son necesarios y qué medio de desplazamiento vamos a utilizar. Somos una sociedad económicamente resuelta pero, aunque los individuos puedan pagar el combustible a cualquier precio, seguramente la naturaleza no soportará esa presión en el futuro. No hay que esperar a que las autoridades implementen restricciones y sanciones: es la conciencia individual la que ha de resolver capítulos como este.
También las empresas tienen una gran responsabilidad: si durante un plazo de dos meses han sido capaces de resolver muchas operaciones sin necesidad de sobrecargar de personal los centros de trabajo (añadido a la saturación de las vías urbanas), pudiendo favorecer el teletrabajo de sus empleados, sería el momento de hacer un profundo análisis y evaluar cuántos de los procesos podrían simplificarse para no necesitar del desplazamiento de personas y bienes por las congestionadas calles de las grandes ciudades.
4 Cambio de modelo
El confinamiento está siendo en realidad una prueba de estrés a las estructuras de la sociedad actual. No hace falta ser un investigador de la NASA para darse cuenta de que gran parte de la rápida extensión de la pandemia se ha producido por el fallo de algunos mecanismos de la sociedad actual: se ha infravalorado una alerta dada por un país que para muchos pertenece a otra galaxia (China), se ha descuidado la impermeabilización de los movimientos de la población hasta que no se ha verificado la peligrosidad del virus y, de manera muy extendida, se está esperando el levantamiento de las medidas de contención para regresar al mismo modelo que ha provocado en parte esta pandemia.
Pero no sólo ha sido el sistema social el que se ha puesto al límite, también las personas están siendo sometidas a un estrés máximo, y se ha visto salir a la luz lo mejor y lo peor del ser humano. A la infinidad de muestras de solidaridad y colaboración, le han ensombrecido el comportamiento, bastante generalizado (más de 700.000 denuncias en España) de individuos que, despreciando el padecimiento de todos los que guardan aislamiento en sus hogares, se han saltado el confinamiento, provocando la necesidad de que exista un sistema de control y vigilancia por parte de las autoridades que podría haber sido utilizado en beneficio del control del traslado de afectados o de la vigilancia de centros hospitalarios.
La asignatura que tenemos todos por delante es la sostenibilidad, cuando sea una realidad no será necesario que exista tanta solidaridad, porque habremos logrado que la presión sobre el sistema social y medioambiental se haya reducido al máximo.
Hay que ser muy poco inteligente para no darse cuenta de que con las mismas actuaciones se van a volver a conseguir los mismos resultados: otra pandemia cada pocos años.
5 Investigación
Esto no es un problema que los ciudadanos de a pie podamos solucionar directamente, aunque la presión social siempre se suele mostrar como un método bastante eficaz. Ya son muchos los científicos que han afirmado que los problemas sobre el desarrollo e investigación de medicamentos y vacunas se podría acelerar mucho si algún día un científico pudiera tener el sueldo de un futbolista.
La analogía es gratuita y no corresponde a una realidad tangible, porque no se puede comparar un órgano financiado por el presupuesto de un estado con el de una empresa privada de carácter deportivo, pero los gobiernos deberían haber aprendido la lección y disponer de más medios, y mejor cualificados (y pagados) para que la reacción científica y tecnológica frente a una de estas epidemias sea mucho más rápida y eficaz.