TRATAMIENTO DE LA EPITROCLEALGIA

¿Cómo se trata la epitroclealgia?

La epitroclealgia, una afección que, en su estado avanzado, puede desencadenar una cascada inflamatoria y degenerativa del tendón, exige una intervención temprana y decidida. ¡No podemos permitir que la epitrocleitis y la tendinosis se conviertan en el destino inevitable de nuestros pacientes!

Nuestro enfoque terapéutico trasciende el mero alivio sintomático. Nos proponemos revitalizar este complejo tendinoso, devolviéndole su funcionalidad óptima y previniendo futuras recaídas. La terapia manual y la electrolisis percutánea intratisular ecoguiada (EPI), pilares de nuestro arsenal terapéutico, se complementan con un programa de ejercicio terapéutico personalizado, diseñado para abordar las causas subyacentes de esta patología.

Pero no nos detenemos ahí. Abrazamos la vanguardia tecnológica con herramientas como Physicalm, un arma infalible contra el dolor, y SIS (Super Inductive System), que, junto con el láser superpulsado de alta energía y las ondas de choque extracorpóreas, combaten la inflamación, el dolor y las adherencias, restaurando la elasticidad del tendón.

Sonoactive, con sus ultrasonidos terapéuticos de alta intensidad, actúa como un "bisturí invisible", desencadenando un proceso regenerativo en el tejido conectivo.

En la Clínica FisioMuro, no nos conformamos con tratar la epitroclealgia. Nos comprometemos a erradicarla, adoptando un enfoque holístico que garantiza una recuperación completa y previene futuras recaídas. ¡No dejes que la epitroclealgia dicte tu futuro!

La epitroclealgia, ese dolor insidioso que se apodera de la cara interna del codo, no es un ente aislado, sino la culminación de una serie de factores intrincados y a menudo concatenados.

Origen de la Epitroclealgia

En primer lugar, el uso repetitivo, ya sea en el ámbito laboral o deportivo, actúa como un martillo constante que, a fuerza de microtraumatismos, erosiona la integridad de los tendones epitrocleares. Estos microtraumatismos, imperceptibles en el día a día, se acumulan hasta desencadenar una respuesta inflamatoria que se manifiesta como dolor.

Pero el espectro etiológico no se detiene ahí. Un antecedente traumático, ya sea directo sobre el codo o indirecto por caída sobre la mano, puede dejar una huella indeleble en la biomecánica del miembro superior. Esta alteración, a menudo subclínica, predispone a una sobrecarga de la musculatura epitroclear, que a la larga se traduce en dolor.

No podemos obviar la influencia de la columna cervical y dorsal. Patologías en estas regiones pueden generar un patrón de irradiación neural que mimetiza el dolor epitroclear. Es el clásico ejemplo del dolor referido, donde la causa real se encuentra lejos del sitio sintomático.

Los trastornos posturales, tan prevalentes en nuestra sociedad moderna, también juegan un papel crucial. Una postura inadecuada, mantenida durante horas, altera la distribución de fuerzas en el miembro superior, sometiendo a los tendones epitrocleares a un estrés excesivo.

Finalmente, la sensibilización del nervio cubital, ya sea a nivel cervical o en el propio codo (síndrome del túnel cubital), puede generar un cuadro clínico similar a la epitroclealgia. El dolor, en este caso, se acompaña de parestesias (hormigueo) que se irradian hacia los últimos dedos de la mano.

En conclusión, la epitroclealgia es un desafío diagnóstico que requiere una evaluación exhaustiva y multidisciplinaria. Solo así podremos desentrañar la intrincada red de factores que subyacen a esta patología y ofrecer un tratamiento verdaderamente individualizado.