TRATAMIENTO PARA EL ESTREÑIMIENTO

La obstrucción intestinal, un retardo en el vaciado de los intestinos, se caracteriza por la formación de heces endurecidas, dificultando y haciendo dolorosa la defecación.

Aquellos que padecen esta condición pueden pasar días sin una evacuación intestinal, perturbando el ritmo natural del tránsito intestinal. Se considera obstrucción intestinal cuando la frecuencia de deposiciones es inferior a tres veces por semana.

Con frecuencia, esta dolencia se asocia con flatulencias, distensión abdominal e incluso dolor. Las repercusiones son variadas y no se limitan al sistema visceral, sino que también afectan al sistema musculoesquelético, pudiendo generar dolor en la región lumbar.

Este último es el resultado del reflejo viscero-somático, la conexión intrínseca entre el sistema musculoesquelético y el visceral.

En nuestra clínica, el tratamiento del estreñimiento trasciende los enfoques convencionales al integrar tanto las dimensiones bioquímicas y metabólicas como los aspectos estructurales que pueden estar influyendo en la condición del paciente.

Desde la fisioterapia y la osteopatía, aplicamos diversas técnicas manuales para liberar tensiones en las vísceras adyacentes, promoviendo así el restablecimiento de la función intestinal óptima. Además, abordamos la columna vertebral y la esfera craneal para asegurar una vascularización e inervación adecuadas de los órganos afectados.

Nuestro departamento de psiconeuroinmunología profundiza en la intrincada relación entre los procesos fisiológicos, psicológicos, inmunológicos y endocrinos del cuerpo humano. Proporcionamos al paciente directrices personalizadas en cuanto a conducta y alimentación que complementan el tratamiento manual.

La tecnología de vanguardia también juega un papel en nuestro enfoque terapéutico.

El Láser súper pulsado de alta potencia contribuye a la reducción del dolor, la inflamación y favorece la regeneración tisular.

El estreñimiento puede tener su génesis en una plétora de factores, siendo los más preponderantes y modificables:

Hábitos Dietéticos: Una alimentación desequilibrada, escasa en fibra, con predominio de alimentos procesados y azúcares, puede ser un factor desencadenante.

Estrés: Situaciones de estrés crónico pueden perturbar el funcionamiento óptimo de la mucosa intestinal.

Sedentarismo: La inactividad física prolongada, común en pacientes hospitalizados, puede predisponer al estreñimiento.

Medicamentos: Ciertos fármacos o su uso excesivo pueden interferir con la motilidad intestinal.

Hidratación: Una hidratación inadecuada puede contribuir a la formación de heces duras y difíciles de evacuar.

Otras Patologías: Enfermedades que alteran el equilibrio hormonal, como la diabetes, el embarazo o los trastornos tiroideos, pueden afectar la función intestinal.

Problemas Musculares: Disfunciones en la musculatura pélvica involucrada en la defecación pueden dificultar la evacuación.

Afectaciones Neurológicas: Ciertas condiciones neurológicas, como el Parkinson, la esclerosis múltiple o las lesiones medulares, pueden alterar la función intestinal.

Condiciones Anorrectales: Fisuras anales, desgarros u obstrucciones intestinales pueden causar dolor y dificultar la defecación.

La acumulación fecal en el intestino puede desencadenar una cascada de síntomas progresivos, que, si no se abordan a tiempo, pueden culminar en complicaciones severas.

Un estreñimiento crónico puede exacerbar los síntomas digestivos: distensión abdominal, flatulencia, dolor abdominal intenso, hemorroides, fisuras anales e incluso disfunción vesical.

Es fundamental comprender la interconexión del cuerpo humano; cualquier disfunción a un nivel puede repercutir en otros.

Por lo tanto, la persistencia del estreñimiento puede manifestarse con sintomatología en órganos adyacentes o en el sistema músculo-esquelético.

Un tratamiento temprano y adecuado del estreñimiento es crucial para prevenir estas complicaciones.