Pues si chavales!
El que esto escribe es carnívoro, pero como últimamente debido al estres como fatal, no está de más ver las posibilidades de intentar una dieta verde algo más sana si de verdad es sana y está respaldada por la ciencia. Puede ser interesante, pero mi ración de proteinas animales a la semana no me la quita nadie!
Dentro artículo:
«Vegetarianos con ciencia»: derribando los mitos del vegetarianismo
Tanto si sois vegetarianos como si os lo estáis pensando o si simplemente queréis conocer un poco más de este estilo de alimentación, Vegetarianos con ciencia de Lucía Martínez (a la que podéis leer en el blog Dime qué comes) es un libro que no os podéis perder. Un buen repaso a los temas más importantes sobre alimentación vegetariana siempre con la ciencia y los estudios en la mano.
A lo largo de siete capítulos Lucía desgrana los aspectos más importantes de la dieta vegetariana y responde de forma fácil de entender para todos y muy amena a las principales preguntas que la población puede tener sobre vegetarianismo. ¿Qué suplementos debo usar? ¿Me faltarán proteínas? ¿Tengo que combinar los alimentos de alguna manera especial? Repasamos los contenidos más interesantes de este libro de cabecera sobre alimentación.
En el primer capítulo, a modo de introducción, Lucía nos habla de los distintos motivos que podemos tener para abrazar el vegetarianismo, de sus ventajas en nuestra salud (¿es más sana una dieta vegetariana?) y de otros aspecto generales relacionados con este tipo de alimentación. La dieta vegetariana ha sido calificada como una opción saludable por la Asociación Americana de Dietética (siempre que esté bien planificada) y apta para todas las etapas de la vida.
Sin embargo, a pesar de tratarse de una opción escogida por millones de personas en el mundo (cinco millones solo en Estados Unidos, y la mitad de ellos veganos) y de haberse estudiado en profundidad (más de 3400 resultados en PubMed), son pocas las recomendaciones nutricionales específicas para este colectivo; y son casi nulas si hablamos de recomendaciones en nuestro país.
En los siguientes capítulos del libro, la autora repasa los distintos nutrientes por los que, tradicionalmente, se han preocupado más los vegetarianos, derribando antiguos y conocidos mitos como el de la falta de proteínas en la alimentación vegetariana. Todos los nutrientes incluidos el hierro, el zinc, el Omega-3, el calcio y la vitamina D se pueden obtener perfectamente de una dieta vegetariana sin necesidad de suplementación (en adultos sanos), y nos explica de qué fuentes podemos conseguirlos.
Mención especial y capítulo aparte para la vitamina B12: la única que los vegetarianos debemos suplementar de forma exógena, ya que no hay B12 biodisponible en alimentos de origen vegetal. La suplementación de B12 es segura (no hay rangos máximos) y fácil de realizar por vía oral. Podéis ver diferentes formas de suplementación en esta entrada de su blog.
Uno de los capítulos del libro está enteramente dedicado a ayudarnos a preparar un menú completo mensual vegetariano asegurándonos de que realizamos un buen aporte de todos los macro y micronutrientes necesarios. Ejemplos de platos que podemos cocinar en casa, de desayunos saludables, de menús de tupper en el caso de que comamos en la oficina y consejos sobre qué hacer cuando salimos a comer fuera (ya sea un día o varios si estamos de viaje) completan este interesante capítulo, quizás el más orientado hacia la acción de todo el libro.
Cerrando la publicación, un capítulo dedicado a las preguntas más frecuentes sobre dieta vegetariana y otras opciones alimenticias como el crudiveganismo o la dieta macrobiótica.
En resumen: un libro muy necesario si tenemos en cuenta las escasas indicaciones para vegetarianos provenientes de organismo oficiales y una buena manera de conocer a fondo las necesidades de las personas vegetarianas. Escrito en un lenguaje muy directo y sencillo (si seguís el blog de Lucía, ya sabéis de qué os hablo).
Podéis encontrar Vegetarianos con ciencia en las librerías y en Amazon (17,05 euros).