Esto vá por todos aquellos, incluido el que esto escribe, que se presionan en su trabajo, en su vida, en su deporte más de lo que es aconsejable.
Vamosss!!!!
Buena semana!
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Consejos para que la presión no te pueda
En la sociedad en la que vivimos es fácil que el estrés nos supere, con estos trucos evitaremos que nos venza
Para que la presión no te pueda…
No solo los atletas de élite están sometidos a presión, como puede ser una competición, o una jugada decisiva que puede condicionar el resultado de un partido.
Todos en nuestras vidas estamos sometidos a presiones. Un examen oposición, la excesiva carga de trabajo, la amenaza tirana de jefes que se vanaglorian de tener cientos de currículos a la espera, querer tener hijos y no quedarte embarazada…La vida nos pone dificultades y momentos de tensión que debemos aprender a gestionar desde la calma.
Porque gestionarlos desde la presión aumenta nuestro nivel de ansiedad, y con ello segregamos una serie hormonas y neurohormonas que impiden alcanzar el resultado deseado.
Pensamos equivocadamente que presionarnos es aumentar nuestro nivel de responsabilidad. Tratamos de recordarnos cuánto de importante es este objetivo para nosotros como para que no se nos olvide. Pero en lugar de convertirnos en más eficaces y responsables, obtenemos el resultado contrario.
Un exceso de responsabilidad y de tensión elevan nuestro nivel de ansiedad y esto impide resolver con acierto.
¿Cómo podemos afrontar la presión sin caer en el intento?
1.Psicología inversa
En un experimento del Instituto de Tecnología de Pasadena pidieron a los participantes que en lugar de presionarse con lo que tenían que lograr, visualizaran que ya lo tenían y que solo tenían que conservarlo. Y resultó que este grupo de sujetos, frente al que se presionaba con lograr el objetivo, obtuvieron mejores resultados.
2. Modificando nuestro mensaje interior
Si lo que te dices a ti mismo no hace más que elevar el nivel de exigencia y presión, cambia tu discurso contigo mismo. Es tan sencillo como cambiar el vocabulario exigente “no puedo fallar ahora, llevo esperando esto toda la vida” por otro mensaje del tipo “he estudiado bien, confío en mi preparación, voy a realizar esta prueba lo mejor que pueda”. En un mensaje te estás poniendo la pistola en la sien, ¡quién no va a sentir presión y ansiedad así!, y en el otro te estás centrando en lo que llevas bien, en tus puntos fuertes.
3. Aprendiendo a gestionar emociones
La presión dispara la respuesta de ansiedad. Pero hoy conocemos una serie de ejercicios, sencillos, que generan en nuestro organismo la respuesta opuesta a la ansiedad. Son todos aquellos que consiguen desactivar el sistema nervioso, que reducen la actividad de la amígdala o que relajan nuestra musculatura. Las técnicas de respiración, meditación y relajación muscular. Tienes aplicaciones de todo tipo para poder entrenarlas.
4. Tomando distancia con lo que no controlamos
¿Qué haces dándole vueltas a todas esas preocupaciones de las que ahora, en este momento, no te puedes ocupar? Te pongo ejemplos “y si el día de la carrera no tengo buenas sensaciones”, “y si descanso mal la noche anterior”, “y si me cae el tema que peor llevo en el examen”. Todo esto que te preocupa puede ser real, sí, puede llevar al traste tanto esfuerzo y compromiso como tienes con tu objetivo. Pero la mala noticia es que darle vueltas, tratar de razonar, buscar soluciones que te dejen tranquilo, no hará que estos pensamientos intrusos e inútiles desaparezcan.
Al revés. Cada vez que los rumias, incrementas su presencia porque les das valor. Que algo te preocupe no significa que tengas que prestarle atención. La técnica de querer controlar es muy útil cuando lo que te preocupa lo puedes resolver. Pero se convierte en completamente inútil cuando no puedes hacer nada por ello. Así que a otra cosa mariposa. Utiliza las técnicas de de-fusión con estas preocupaciones. Una de ellas consiste en simplemente darle las gracias a la mente cuando aparezcan estos pensamientos “gracias mente, gracias por advertirme del peligro”. Una cosa es ser agradecido con que aparezcan estos pensamientos y otra muy distinta que los conviertas en protagonistas y les des palique. Palique cero.
Un determinado nivel de presión puede ayudarnos a estar más concentrados y atentos. Nos permite agilidad cognitiva y más fuerza para competir. Pero si nos pasamos de vuelta, conseguiremos el efecto contrario. Así que es nuestra responsabilidad aprender a tener la presión en equilibrio para que nos ayuda a sumar y no restar.