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TRATAMIENTO DE FISIOTERAPIA PARA LA PERIOSTITIS TIBIAL: OJO CORREDORES Y RUNNERS
La periostitis tibial, cuyo propio nombre indica es la inflamación del periostio, es una lesión frecuente en personas que realizan algún tipo de deporte, siendo más habitual en corredores.
El periostio es la membrana que recubre los huesos, excepto en los lugares de inserciones musculares, ligamentosas o de superficies articulares. Esta membrana es un tejido fibroso vascularizado e inervado muy resistente, y como tal, tiene una gran sensibilidad.
Esta patología concretamente suele caracterizarse por presentar un dolor inflamatorio en la cara interna de la tibia, como si se tratase de un moratón, y se suele encontrar muy localizado. Durante el ejercicio suele producir dolor como de «quemazón» o dolor leve, que va progresando hasta obligar al deportista a dejar su actividad.
¿Pero por qué la periostitis tibial?
Corredores de fondo y aficionados al running conocen bien la sensación de quemazón en la zona de la tibia que produce la periostitis.
Esta lesión aparece generalmente al cambiar de calzado o al entrenar sobre superficies especialmente duras. La dureza de los impactos repetidos sobre la estructura osteo-muscular produce la inflamación del periostio. Esta, a su vez, produce un dolor que aumenta con el esfuerzo.
Esta periostitis suele producirse debido a la continua vibración que produce el impacto del pie contra el suelo, por lo que es habitual encontrarla en corredores de fondo.
¿Cuál es la sintomatología de la periostitis tibial?
Gran parte de las deportistas que sufren esta lesión presentan dolor de tipo difuso en el borde medial del hueso de la tibia, comúnmente en el tercio medio distal asociada al esfuerzo. Inicialmente, el dolor comienza siendo muy intenso al inicio de la actividad y disminuye en forma gradual durante la misma, sin embargo, a medida que el cuadro se vuelve más severo, la sintomatología aparece durante cualquier esfuerzo mínimo y llega incluso a estar durante el reposo.
Debido a esta sintomatología disminuye el rendimiento del deportista y ocasionalmente abandona la práctica deportiva durante largos periodos de tiempo. No obstante, dicha sintomatología puede ser tratada a través de diferentes técnicas fisioterapéuticas que brindarán al paciente una recuperación efectiva.
Causas y origen de la periostitis tibial
Además de los impactos y las vibraciones que causan, se pueden poner sobre la mesa tanto el calzado como el tipo de terreno sobre el que se corre: al correr en asfalto, el impacto del talón contra el suelo es mayor, y, por tanto, se transmitirá una vibración mayor en dirección ascendente. En cambio, si se corre por terreno más blando, se produce una mayor amortiguación de la pisada, y no dañamos tanto las estructuras superiores.
Otro de los puntos a tener en cuenta es la preparación a la actividad: es necesario haber hecho un buen calentamiento antes del ejercicio, primero uno más general y después algo más específico, dependiendo de las articulaciones implicadas.
Un buen estiramiento después de la actividad ayudará a relajar la musculatura para volver a su posición previa tras el esfuerzo. Cada cierto tiempo es aconsejable acudir al fisio para evitar sobrecargas y poner el cuerpo a punto.
Hay que tener en cuenta también los hábitos de vida: la alimentación debe ser variada y equilibrada, hay que hidratarse bien y descansar lo suficiente para evitar ser propenso a lesiones como esta.
Es decir, y resumiendo un poco en varios puntos ya descritos, este tipo de lesiones viene dada debido a la sobrecarga ósea, durante las actividades deportivas que se caracterizan por ser repetitiva, donde se produce una carga o peso que desencadena como consecuencia una curvatura de la tibia, lo cual produce una tensión y por consiguiente una pequeña deformación de la misma. Normalmente, la tracción produce microfracturas óseas, lo que conlleva a un proceso de adaptación y fortalecimiento de huesos para así resistir la flexión tibial.
Existe una serie de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir síndrome de estrés tibial medial:
- Nivel de actividad deportiva.
- Calzado inadecuado.
- Un programa de entrenamiento inadecuado.
- Incremento en la actividad en relación con la intensidad y duración de manera brusca.
- Excesiva pronación del pie debido a alteraciones en el segmento muscular.
- Sobrecarga muscular constante en la zona posterior de la pierna.
- Problemas funcionales de los músculos de las piernas y en los cuales puede haber un desequilibrio entre agonistas y antagonistas.
Para prevenir la periostitis tibial cada articulación debe ejercer sus funciones
Tratamiento de fisioterapia para la periostitis tibial
La palpación de la zona tibial por parte de un especialista permitirá la identificación exacta de la parcela dolorida o algún tipo de irregularidad ósea. Una vez identificada esta lesión, el tratamiento para la periostitis comienza con una disminución de la carga en la actividad física, reduciendo la intensidad del ejercicio y evitando cualquier entrenamiento de tipología fraccionada o de cualquier trabajo físico marcado por ritmos.
El fisioterapeuta puede relajar la tensión que existe en la unión entre el hueso y el músculo con masaje. También es recomendable la colocación de un vendaje específico para la periostitis, que evita la vibración sobre el periostio durante los impactos que causan las contracciones musculares sobre él. Los ultrasonidos y el indiba reducirán la inflamación y las corrientes analgésicas TENS ayudan a disminuir el dolor.
Sin embargo, se pueden utilizar unos mejores tratamientos de última generación, tales como punción seca, ultrasonido y electroterapia de alta frecuencia u ondas de choque. Todos estos tratamientos son ideales para mejorar esta lesión.
Debido a que la periostitis tibial es una lesión que se origina por sobreuso y la cual está localizada en el hueso, en nuestra clínica de fisioterapia desarrollaremos un programa de rehabilitación que se encuentre centrado en el empleo de las diferentes técnicas antes apuntadas para la recuperación del mismo. Podemos definir los tratamientos en:
- Las ondas de choque para tratar la periostitis tibial proporcionan efectos positivos, ayudando a la disminución del dolor, permitiendo así que el deportista pueda retomar sus actividades de manera rápida y eficaz.
- Punción Seca
- Electroterapia.
- Aplicar hielo o crioterapia en fases agudas de esta patología representa un estándar: ayuda a disminuir el dolor y la inflamación, permitiendo así que el paciente pueda desenvolverse nuevamente en sus actividades.
- Las técnicas manuales aplicadas en fisioterapia, como la digitopresión, vendajes, etc..
Sí presentas esta u otras alteraciones relacionadas con el aparato músculo esquelético, no dudes en contactarnos, en FisioMuro contamos con profesionales especializados en fisioterapia y osteopatía que proporcionan terapias de calidad que se adaptan a tus características y necesidades para que obtengas un tratamiento individualizado que mejore tu salud y calidad de vida.
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