Como la vida con deporte siempre es mejor, con tus hijos será aún más satisfactorio.
Así que ahí van unos breves consejos para conseguir armonían en vacaciones con tus hijos y deporte.
Vamos vamos!!!
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Las claves para organizar una vacaciones deportivas con tus hijos
Las vacaciones son el momento perfecto para compartir más tiempo en familia o para iniciarse en actividades para las que no encontramos tiempo con el ritmo al que nos vemos expuestos.
Durante el resto del año. A los padres y madres que disfrutan de actividades deportivas les encantaría poder hacerlo también con sus hijos. Cuando son muy pequeños es algo más complicado.
No solo no pueden acompañarnos, sino que la dependencia de los más pequeñitos nos obliga a hacer renuncias con el deporte. Y de repente, los ves crecer, empiezan su preadolescencia y en ese momento no solo tienes más tiempo para ti, sino que además te invade la idea de que te daría muchísima satisfacción que ellos participaran de tu afición. Pero…, ¡no es tan fácil!
En primer lugar, no siempre los hijos disfrutan de las mismas actividades de las que nosotros disfrutamos
Y, en segundo lugar, no siempre, a pesar de que la actividad les guste, desean pasar justo ese tiempo con nosotros en lugar de pasarlo con sus amigos. Es así, es ley de vida. No se te ocurra enfadarte por ello.
A pesar de todo, no tiremos la toalla. Podemos poner en práctica alguno de estos consejos a ver si conseguimos acercarlos a nosotros y a nuestra pasión deportiva.
El chantaje emocional no funciona y además es poco ético. No les digas que “con todo lo que yo hago por vosotros durante el año no podéis acompañarme a montar un rato en bici, ¡con la ilusión que le hace a vuestro padre y a mí!”
Las amenazas, ¡¡¡tampoco!!! Luego te quejas de que no te gustan tus piernas, y ya te he dicho que hasta que no hagas algo de deporte…”. No les hagas sentir mal aprovechando tu deseo de hacer deporte con ellos. Es genial que les inculques que practicar ejercicio es una actividad saludable, que es una forma de cuidar su cuerpo y su mente, pero no con la intención de que ceda a tus deseos.
Despierta su curiosidad… sin intencionalidad. Es decir, habla de lo que te atrae, de todo lo que disfrutas, de por qué te gusta montar en bici, correr, pasear por el monte, esquiar, jugar al golf… ¿qué te atrapa? Pero no les digas que a ellos seguro que también les atraería y los disfrutarán como tú.
Realmente no es cierto, no lo sabes. Interésate también por qué tipo de actividades les atrapa a ellos Invítalos a participar un día, sin ningún tipo de presión. “Cuando os apetezca probar, me lo decís”. Solo eso. Pero no estés encima cada vez que vas a salir a correr… ¿os apetece probar hoy? Ya les ha dicho que sean ellos los que tengan la iniciativa. Si les preguntas cada día les estarás presionando y no les apetecerá nada.
No premies porque participen
“Si me acompañáis hoy en bici luego os haré vuestra cena preferida”. A los hijos no se les compra, este es otro tipo de chantaje. Basta con que digas que sería genial poder disfrutar un día, que el día que estén abiertos a probar que te lo comuniquen, que será un placer tener ese día juntos.
Si se deciden a ir contigo, dales las gracias, pero, sobre todo, interésate por cómo se han sentido ellos. “¿Qué tal, qué os ha parecido, habéis estado a gusto?” Si les refuerzas mucho con cómo te has sentido tú, si les dices que eres el padre o la madre más feliz del mundo por haberte acompañado, se sentirán presionados a volver a salir contigo. Porque cualquier hijo desearía hacer cosas porque sus padres se sintieran los más felices del mundo. A mí me pasó.
Mi hijo empezó a correr conmigo y le dije que me sentía genial corriendo con él, que era una maravilla de experiencia. Y al cabo de un mes me dijo “mamá, sé que te hace muy feliz que corramos juntos, ¿pero te decepcionaría mucho si dejara de hacerlo? Es que no me gusta correr”. La verdad es que me dio mucha pena que se hubiera sentido mal algunos de los días y se hubiera visto obligado a correr solo por hacerme feliz.
Interésate también tú por las actividades que les gusta a ellos. También es una forma de pasar tiempo juntos y aprender actividades nuevas. Igual a tus hijos correr les parece aburridísimo, la verdad es que para la gente joven no es el deporte más atractivo, pero igual les encantaría que toda la familia se pudiera apuntar a un curso de paddlesurf o de yoga.
Si al final empezáis a practicar una actividad juntos, ¡¡prohibido utilizarla para otros fines que no sea el meramente deportivo o tiempo de ocio!!! No es el momento para dar charlas negativas sobre las redes sociales, ni la necesidad de ser más responsable con los estudios, ni por qué salen con su amigo Fulanito que no te gusta nada. Este es un espacio en el que disfrutar juntos, en el que no se sientan juzgados. Se pueden hablar de mil cosas, pero no de dar lecciones ni de hacer reproches.
Queridos padres y madres, tarde o temprano, de forma natural, si sois comprensivos, respetuosos y empáticos, todo se ordena. Espero que estos consejos puedan ayudaros. Pero puede que vuestros hijos nunca practiquen actividades deportivas con vosotros. Si fuera así, tampoco es un drama. Hay cientos de otros momentos para pasar en familia.